El problema que suscita esta situación tiene que ver con dos casos específicos, primero, Cobran en promedio 20 por ciento al mes por lo que prestan, es decir casi 18 veces más de lo legal (2,6 al mes) y segundo, amedrantan a sus acreedores cuando les es imposible pagar.
“Llegan en motocicletas, mal encarados, armados con pistolas de balines, en otros casos con armas de fuego o armas blancas y con pintas de delincuentes asegurando que cobrarán por las buenas o por las malas su dinero; En una ocasión vimos como llegaban hasta tres y cuatro veces los cobradores gota a gota a la tienda de la esquina, la señora no pudo pagar más, prácticamente le quebraron el negocio, a ella le toco irse porque la amenazaron y hasta los vidrios de la casa le rompieron” narró una ciudadana quien asegura que todo el tiempo llegan papelitos promocionado los prestamos fáciles y rápidos.
A pesar de que el oficio que desempeñan es completamente ilegal, a las autoridades de la fiscalía parece volverse una situación invisible por considerarla un delito de bagatela, y hasta el momento como pedros por su casa van por todo el municipio sin control alguno.
Sin embargo, y a pesar de que es un tema que lleva muchos años en el municipio parece ser más latente en estos días, en los que el dinero se hace escaso y su servicio abundante.
Ante el tema, las autoridades municipales han manifestado que vienen trabajando desde la administración municipal con el fin de ayudar a los pequeños emprendedores quienes no acceden a los créditos bancarios porque en la mayoría de casos son vendedores no formales; el secretario de gobierno e inclusión social José Ricardo Cruz indicó que hay un proyecto desde la alcaldía municipal que pretende reducir la demanda a estos prestadores de dinero fácil, que se cobran a las patadas cuando no les pagan y llegan hasta las viviendas, por los televisores, estufas y hasta licuadoras.
Lo peor del caso, es que no se conocen denuncias por parte de la comunidad, y tampoco seguimiento por parte de las autoridades.
