Pitalito; un cáncer más que se extiende sin sentido

Hace poco llegué a este municipio del Huila, hace menos de un año, el cual en un comienzo me sorprendió por sus paisajes naturales,sus comidas llenas de mucha tradición, y por el carisma de algunos de sus habitantes. Sin embargo, al pasar el tiempo y después de caminar sus calles y escuchar a sus gentes, he concluido que este es el corregimiento más grande de Colombia, un potrero que aún está lejos de una ciudad que huela a desarrollo o que por lo menos esté a la vanguardia de otras partes del mundo. Semáforos por todas partes y muy mal ubicados, varias personas subidas en una motocicleta y sin casco en gran parte de los casos, casi un cincuenta por ciento de sus calles están sin pavimentar; lo cual crea un ambiente que dificulta una buena respiración del aire y una tediosa movilidad desde cualquier tipo de vehículo. Un desorden del espacio público que no le permite un tránsito regulado, un lugar lleno de traquetos y putas que salen a gastarse su plata en refugios decorados como bares,un lugar lleno de iglesias evangélicas y falto de teatros, museos, centros de investigación, parques y centros deportivos públicos, un sector del Huila que cada vez reproduce más violencia y pobreza, una pequeña ciudad que tiene problemas serios en cuanto a la seguridad de la gente, ya que son multiples los barrios donde es evidente que la autoridad no tiene poder.

Pitalito es un municipio que tiene mucha importancia al sur del país, y eso es cierto ya que en el sur de Colombia es lo menos peor. Acá hay un climax de silencio en donde son muy pocos los que se pronuncian para hacer una crítica acertada que despierte así sea una gota de conciencia. Un municipio que está lleno de huecos no solo en las calles sino también en su administración pública, un lugar en donde la contaminación y el irrespeto por el medio ambiente se han convertido en un estilo de vida. Pitalito está vendido hace rato a las multinacionales las cuales lo volverán un lugar particular para personas particulares. La gente solo espera las fiestas De San Pedro cuando debería prestarle más atención a una ciudad que está ubicada en uno de los departamentos más diversos de Colombia, siendo este un lugar importante por sus variados climas y sus distintos relieves. Lástima que el Huila y específicamente el municipio de Pitalito sean parte de un problema que no dejará nada para las futuras generaciones. Solo hay un interés por construir represas e hidroeléctricas, pozos petroleros, extracciones de oro a cielo a abierto; pero nunca un apoyo al campesino, a la juventud, al deporte, a la vida. No hay en Pitalito un discurso contundente que aplaque sus múltiples defectos. Entiendo y comprendo que muchos de sus habitantes estarán inconformes con este texto, a nadie le gusta que le critiquen la forma como vive y acomoda las cosas de su casa. Ojalá estuviera abierto el debate para que la gente tenga un intelecto que le permita ver más allá de la música popular y las peleas de gallos. Ojalá la gente dejara ese estilo de vida superficial y plástico que le otorgue un sentido crítico. Cuando subo a la carretera vía al bello municipio de Acevedo, y observó en su totalidad el casco urbano de Pitalito; deduzco de forma grotesca que es un cáncer más que se extiende sin sentido, acabando con todo lo vital...acabando con el árbol de la vida para que resplandezca el potrero y el calor del desespero.

Por; ‎Carlos Andres Avilez‎
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