El comerciante de llantas ‘usadas’, Rubén Montes Robles, fue asesinado en San Gabriel en la ciudad de Puerto Ayacucho (Venezuela). El hombre, era oriundo del municipio de El Pital. La familia del comerciante manifestó que la esposa de Rubén, al parecer fue amenazada de muerte por la Policía Técnica Judicial (PTJ). “La Acnur la tiene refugiada”, dijo Herlendy Fajardo, hermano del comerciante.
A tiros fue asesinado el huilense Rubén Montes Robles, junto a su amigo José Cilantro Carvajal Castillo, en la ciudad de Puerto Ayacucho, capital del estado Amazonas en el vecino país de Venezuela.
El crimen de los dos hombres, ocurrió pasadas las nueve de la noche del martes anterior en un sector del barrio San Gabriel, cuando al parecer se transportaban en una motocicleta.
Montes Robles, oriundo del municipio huilense de El Pital, fue encontrado muerto por su esposa, Derly, cuando fue a buscarlo, después de llegar de un retiro religioso en la iglesia cristiana a la que pertenece.
“Ella miró el celular y vio un mensaje en el que Rubén le decía que se iba con un amigo. Ella fue a la casa del amigo y le dijeron que se había ido para otra parte, ella fue y encontró a los dos muertos”, dijo Herlendy Fajardo Robles, hermano de Rubén.
El allegado manifestó que las versiones iniciales señalan que el asesinato de su hermano habría sido cometido por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional. “Dicen que los mató el ELN”.
Amenazada de muerte
La familia del comerciante, manifestó que reclamar el cuerpo de Rubén, se ha convertido en un una pesadilla para su esposa, toda vez que no solo no han querido dárselo sino que la habrían amenazado de muerte los miembros de la Policía Técnica Judicial (PTJ).
“Ella fue al sitio donde estaba muerto, cuando fue a recogerlo se puso a gritar ciertas cosas, por el dolor que tenía, y los del PTJ le dijeron que no se lo dejaban agarrar, que se fuera porque la iban a matar”, manifestó Fajardo.
Agregó que ayer cuando fue a la morgue por el cuerpo, le volvieron a decir que no se lo iban a entregar, además de manifestarle que él era un ladrón de carros y traficaba con gasolina. “La esposa dice que lo encochinaron los de la PTJ”, indicó Nury Fajardo Robles, hermana de Rubén.
La amenaza que recibió la esposa del comerciante, también se extendió a una funcionaria de un organismo internacional humanitario en Puerto Ayacucho, que acudió a la morgue a interceder por la familia, para la entrega del cuerpo. “Como hay una oficina internacional de la Acnur, llamé a la doctora, le comenté para que nos ayudara a traer a mi hermano a Colombia, ella fue y le dijeron en la morgue señora usted no se meta por ese señor porque la salen es matando a usted, le dijeron los del PTJ”, manifestó Herlendy, al señalar que, “a la doctora le dio miedo y dijo eso no hay nada que hacer”.
Dayana, la esposa de se encuentra refugiada en la Acnur. “Ella me dijo que está muy asustada porque la estaban buscando para matarla”. La mujer, ama de casa, tiene un niño de 18 meses de nacido y una de cinco años de edad.
Agregó que fueron a la Personería de El Pital, donde le manifestaron que les ayudan a que lo entreguen, pero en límites con Colombia. “Tenemos que hacernos cargo de gastos y una funeraria lo trae por 20 millones de pesos, pero nosotros somos pobres. Vamos a ver si está la posibilidad de cremarlo y por cuanto sale”.
Le robaron el computador de la casa
El allegado recordó que en la noche del martes, recibió una llamada telefónica de un amigo de Puerto Ayacucho, en la que le informaba de un robo en la casa de Montes. “Me dijo un vecino, “mire que a su hermano seguro lo robaron”, le dije pero que puedo hacer si estoy en Colombia”, manifestó Fajardo al precisar que él estuvo trabajando en la localidad venezolana y fue vecino del hermano.
La esposa de Montes Robles le manifestó a la familia que les robaron el codificador y el computador. “Cuando la esposa llegó a la casa, dice que se la habían revolcado”, indicó Nury.
Rubén desde hace diez años se encontraba en territorio venezolano, donde trabajaba vendiendo llantas usadas de carros, motos y bicicletas, que le enviaban desde Bogotá. “El vendía cauchos usados porque allá no hay nada de eso”, expresó Herlendy.
Tomado de LANACION.COM.CO
