Por: Edgar Artunduaga
Me preguntan de Bogotá y del país por Ernesto Macías, hoy en el ojo del huracán, por cuenta de su discurso en la posesión del presidente Duque y me lo imagino sonriendo sardónico como el muchacho malo que acaba de entregar el recado explosivo y sabe de las consecuencias.
Tengo varias historias que delatan la perversidad del ahora presidente del Senado, pero ese estudio sicológico (bastante complejo) se lo dejo a otros.
Lo que he dicho y escrito es que Macías mintió por años –en su hoja de vida- con títulos y estudios que no tenía para ocupar varios cargos, aunque es claro que para ser congresista no se requiere ser bachiller. Esa mentira se configura como falsedad ideológica en documento público y puede acarrear consecuencias penales.
Algo va del embuste del fanfarrón que “caña” y engaña en voz alta para engatusar a su círculo social o político, y otra inventarse colegios inexistentes y semestres de universidad irreales.
Macías asumió la alcaldía de Altamira, Huila, en mayo de 1980, y consignó en su hoja de vida que había cursado bachillerato 6 años, además de dos años de universidad. Las dos cosas eran falsas.
En posteriores hojas de vida publicadas, indicó que era bachiller del colegio Franco Británico de Bogotá, año 1975. La secretaría de educación (en documentos que tengo) negó la existencia del grado y la poca vida del establecimiento (seguramente pirata).
Macías, desde los tiempos de Altamira, registra su paso por varias universidades. Menciona El Externado, donde llevan varios meses buscando su rastro y no lo encuentran
Consignó haber cursado dos semestres en la Escuela Superior de Administración Pública, ESAP. ¡Otra falsedad¡ En respuesta a un derecho de petición, la entidad asegura: “..Realizada la verificación en el sistema académico Academusof, en la base de datos de hojas de vida, en el archivo físico, y en los libros de registros de diplomas y actas generales, no se encontró que Ernesto Macías hubiese cursado algún programa de pregrado o posgrado en la ESAP”.
Con el tiempo, Macías fue corrigiendo su currículo y “lavándolo”. Con extrañeza en el Ministerio de las TICS “se extravió” su hoja de vida, donde ejerció como asesor de la ministra María del Rosario Guerra, apenas después de haber validado el bachillerato en el Icfes (1996). Ya en el alto cargo validó (en seis meses) el título de comunicador social en la Universidad Cooperativa.
¿Cómo llegó a ser asesor de un ministro con apenas el título de bachiller?, es asunto peliagudo que de seguro tiene otras falsedades.
Estuvo a punto de ser elegido miembro de la entonces llamada Comisión Nacional de Televisión, en reemplazo de María Carolina Hoyos, por presión de la ministra Guerra.
El periodista Orlando Rojas denunció en 2009 inconsistencias en la hoja de vida de Macías, aunque por esos días (estando en el Mintic conseguía a trompicones el cartón de comunicador .
Me atribuyo haber desenmascarado a Macías, que en su vida ha suprimido los escrúpulos.
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