Semejante parafernalia policial para capturar cuatro presuntos fabricadores de armas de fuego, encontrando solo cuatro uniformes de uso privativo de la fuerza pública, una veintena de municiones, algunas de ellas bastante viejas, deja un gran interrogante sobre la efectividad de nuestras fuerzas armadas en este municipio.
Con todo el respeto por nuestra fuerza púbica, hacemos los siguientes interrogantes: ¿Qué sucede con los servicios de inteligencia policial y militar? ¿Qué pasa con los llamados informantes? ¿De quién es el error para realizar estos allanamientos donde no se encuentra nada de lo que se busca?
No se justifica que se malgaste el dinero de los contribuyentes en recurso humano, logístico, combustible para helicópteros que es costoso, y se incomode a la ciudadanía que no se explicaba tanto despliegue militar y aéreo, para terminar con una pantomima.
Y mientras hacían el balance de los flacos resultados, sicarios ingresaron a la oficina del abogado Luis Gerardo Ochoa, lo mataron, huyeron, y nadie vio, ni escuchó nada.
Por; Santiago Villareal Cuellar
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