Eluvin Pérez Marín, un adolescente de 16 años, oriundo del Huila, abandonado por su familia, de escasos recursos y con Retraso en el Desarrollo Psicomotor (o retraso mental leve), fue golpeado en su ojo derecho por un miembro del Esmad, con un proyectil de gas lacrimógeno durante los desalojos de varias viviendas en la Ciudadela Habitacional Siglo XXI de Florencia. Por el disparo, según el diagnóstico médico, el joven está a punto de perder parte del sentido de la vista.
Este muchacho, que ha vivido, por su condición cerebral, hasta en la calle, encontró refugio en don Segundo y doña Gilma, quienes lo acogieron en su morada y lo cuidan —testimonian ellos— como a un hijo. “Él es muy obediente, le gusta el trabajo, me acompaña a recoger chatarra. No es grosero a pesar de su condición y es muy servicial”, narra su padre putativo sobre el joven que llegó hace 9 meses a ser parte de su familia.
Desplazados
Ellos, desplazados por la violencia, provienen de la vereda Las Palmas, de San Vicente del Caguán, de donde huyeron hace seis años. La familia habita la zona que colinda con la parte de atrás de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, ubicada en la Ciudadela, donde pagan cien mil pesos de arriendo en una casa muy humilde; no son invasores y pagan este alquiler porque, como dicen ellos, “no tienen de otra”. Don Segundo, un campesino trabajador, de vez en cuando se dedica a jornalear y/o a buscar chatarra con el fin de vender por algunos pesos para llevar a medias el pan a su casa. Además, le diagnosticaron cáncer de hígado hace dos años, por lo que su condición de vida no es la mejor. Es notable su amabilidad y esmero por sostener su hogar.
Su esposa, en cambio, cuida a sus cuatro hijos y prepara la comida, cuando hay, mientras don Segundo y Eluvin llegan de haberse rebuscado alguito para los alimentos. “Él se ha criado en la calle y ha comido hasta basura por el abandono de sus padres biológicos”, describe con tranquilidad la mujer que el aporreado joven ahora llama como madre.
No estaba en la trifulca
El 05 de abril, en las horas de la tarde, Eluvin Pérez, de quien hasta se han aprovechado unas mujeres haciéndolo cargar 60 bultos de carbón y no le reconocieron remuneración alguna, se encontraba en la calle, observando lo que ocurría en los desalojos. Allí también se encontraba un grupo de muchachos y el Esmad, cuando se armó una trifulca en la que tanto el Esmad como los jóvenes se agredían. Eluvin se encontraba detrás de un poste, cuenta un vecino, “hacía monachas y bailoteaba”, mientras el humo y el gas lacrimógeno trataban de dispersar a los transeúntes de aquel lugar y, agrega el conocido del joven, “un agente lo tenía en la mira, se acercaba más y más”. Como cuando el cazador tiene en su objetivo a la presa, al estar cerca de este, el policía “le dispara –a Eluvin– con un proyectil de gas lacrimógeno e inmediatamente cae al suelo”.
El chico herido pidió auxilio, algunos vecinos lo ayudaron y un mototaxi lo llevó al hospital, lugar al que ingresó por trauma ocular y donde hoy permanece a la espera de un traslado a otra ciudad donde se le hará cirugía.
Algunos medios de comunicación han tildado a este adolescente de vándalo y tira piedras, afirmaciones que la familia y conocidos rechazan.
Mientras el presunto causante de este violento acto anda libre, la familia adoptiva y el afectado esperan un milagro que le permita volver a ver con sus dos ojos llenos de energía, esperanza y vitalidad.
Vídeo;
Por: Camilo Muñoz / Tomado de Recpsur
El menor Huilense al que el Esmad lo dejó sin el ojo derecho en Florencia
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