INVADIDOS, ULTRAJADOS Y ESCLAVIZADOS A UN DIOS CON UNA CRUZ QUE NADIE CONOCÍA!!! Cristóbal Colón había pisado por vez primera las playas de América, cuando su hermano Bartolomé inauguró el quemadero de Haití. Seis indios, condenados por sacrilegio, ardieron en el fuego. Los indios habían cometido sacrilegio porque hablan enterrado unas estampas de Jesucristo y la Virgen. Pero ellos las habían enterrado para que estos nuevos dioses hicieran más fecunda la siembra del maíz, y no tenían la menor idea de culpa por tan mortal agravio. ¿Descubrimiento o encubrimiento? Ya se ha dicho que en 1492 América fue invadida y no descubierta, porque previamente la habían descubierto, muchos miles de años antes, los indios que la habitaban. Pero también se podría decir que América no fue descubierta en 1492 porque quienes la invadieron no supieron, o no pudieron, verla. Si la vio Gonzalo Guerrero, el conquistador conquistado, y por haberla visto murió. Si la vieron algunos profetas, como Bartolomé de Las Casas, Vasco de Quiroga o Bernardino de Sahagún, y por haberle visto la amaron y fueron condenados a la soledad. Pero no vieron América los guerreros y los frailes, los notarios y los mercaderes que vinieron en busca de veloz fortuna y que impusieron su religión y su cultura como verdades únicas y obligatorias. El cristianismo, nacido entre los oprimidos de un imperio, se había vuelto instrumento de opresión en manos de otro imperio que entraba en la historia a paso avasallante. No había, no podía haber, otras religiones, sino supersticiones e idolatrías; toda otra cultura era mera ignorancia. Dios y el Hombre habitaban Europa; en el Nuevo Mundo moraban los demonios y los monos. El Día de la Raza inauguró un ciclo de racismo que América padece todavía. Muchos son, todavía, los que ignoran que allá por 1537 el Papa decretó que los indio estaban dotados de alma y razón. . Ninguna empresa imperial, ni las de antes ni las de ahora descubren. La aventura de la usurpación y el despojo no des cubre: encubre. No revela, esconde. La voracidad de oro y plata requería una máscara que la ocultara.
El 12 de octubre
Por Guillermo León Sambony Ortiz
Contrario a lo que enseñaban los hermanos Maristas, en las cartillas de historia que editaron en los últimos cuarenta años del siglo pasado, el 12 de octubre no es una fiesta de agradecimiento a los españoles por el descubrimiento de América.
Esta fecha debe de ser de reclamo al exterminó de los millones de aborígenes en toda América y la destrucción de culturas ancestrales como la Azteca, la Inca y la Chibcha, que a la llegada del tirano ya existían con un buen desarrollo en estas tierras.
Antes de la llegada de los mal llamados conquistadores españoles en 1492 existían unos 80 millones de habitantes en América. Se estima que en el siglo XVI los españoles y los portugueses consiguieron sin cámaras de gas ni bombas hacer desaparecer entre sesenta y ciento cincuenta millones de indígenas en América latina, con la aprobación de la iglesia católica de la época, que pregonaba que matar un aborigen no era pecado porque este no tenía alma.
"La mayor masacre de la historia de la humanidad, eso ocurrió aquí, ahí en nuestra Latinoamérica y ni un triste museo del holocausto se conserva”, detalló John Maximino Muñoz Telles, especialista en Cultura Indígena Latinoamericana.
Según corrientes indigenistas, sobre todo de la escuela de Berkeley, la cifra está entre 90 a 112 millones de indígenas. No obstante, nuevas ponderaciones hacen suponer en el presente que en América existían unos 80 millones de habitantes antes de la invasión en 1492.
"América debe callar, pero no calla, no callamos, renunciamos al silencio y reclamamos la verdad" dice un mural escrito en letras de molde en el territorio autónomo del comandante Marcos, en México.
Se cree que al año 1.700, siglo y medio después, de la llegada de Colon, con su largo pelo acompañado de malhechores y asesinos solo habían cinco millones; lo que representa la desaparición de 60 millones de indígenas "masacrados" por el imperio español, a razón de unos 400 mil cada año. Estas cifras se pueden comparar con el número de muertos de la segunda Guerra Mundial. De esta conflagración tampoco se tienen cifras exactas en cuanto a los decesos.
El catedrático de Historia Moderna en la Universidad Autónoma de Barcelona, Antonio Espino López, explica que las "masacres, asesinatos, amputaciones de manos y pies, heridas curadas con aceite hirviendo, violaciones… semejantes crímenes parecen sacados de una mente perturbada".
"Esto era el día a día en las batallas que tuvieron lugar durante la conquista de América. Un período de nuestra historia que tiende a mitificarse obviando sus pasajes más oscuros", asegura el también especialista en Historia Militar.
Espino López da en su libro La Conquista de América, una revisión crítica, donde se sirve de los testimonios dejados en las numerosas crónicas de Indias para describir con precisión las armas, tácticas, batallas y sangrientas prácticas que los mal llamados 'héroes' como el español Hernán Cortés llevaron a cabo.
La noche sin fin, donde son masacrados en menos de seis horas más de 3000 aztecas por los españoles se origina en la traición de la Malinche, amante de Motezuma , quien se enamora perdidamente de Hernán Cortes a quien lo considera un Dios, y conduce los conquistadores al lugar secreto donde los aztecas tenían los arrumes de oro que significaban sus riquezas.
La "historia" lo muestra como un héroe, a Hernán Cortes, pero los testimonios como un "genocida".
Contrasta la actitud de la Malinche, con el valor y la firmeza de la cacica Gaitana, que vengó la muerte de su hijo y en una muestra de dignidad se arrojó al rio Magdalena antes de ceder a las pretensiones eróticas del conquistador.
Hoy 12 de octubre no es un día de fiesta para los que llevamos con honor la sangre de nuestros aborígenes masacrados, es un día de luto y de repudio para con los que bendijeron las armas que utilizaron los españoles para asesinar nuestros antepasados en el holocausto que comenzó hace 525 años y aún no termina en ciertos territorios latinoamericanos, especialmente en Colombia, donde el nuevo amo Estados Unidos, ordena matar campesinos cocaleros como ocurrió recientemente en Tumaco Nariño, so pena de descertificar a nuestro país por el alto índice de producción de cocaína, para irónicamente surtir el país que más consume la droga maldita en el mundo: Estados Unidos de América
Fuente;https://piloavilazakpa.wordpress.com/




