A tres años del asesinato de Flor Alba, en Pitalito es peligroso el periodismo independiente


“Es interesante advertir que es en aquellos países donde la prensa independiente ha logrado resistir con valor y coraje a los halagos o a las persecuciones de los regímenes dictatoriales, donde más pronto se ha podido recuperar la libertad y la democracia y mantenerla”. (Guillermo Cano).

Nunca ha dejado de dolerme en lo más profundo de mi ser, ver el cuerpo inerme, joven, con un futuro por delante y ante todo de una mujer, tirado en el andén donde funciona la Emisora La Preferida.

Allí quedaron truncados los sueños, las metas, pero ante todo la valentía de una periodista que ejerció su profesión con honestidad y responsabilidad. Bastó el disparo de una bala asesina para acabar con una voz crítica, independiente, insobornable como era Flor Alba Núñez Vargas.

El 18 de abril de 1998, también Nelson Carvajal fue víctima de balas asesinas, por ser un periodista crítico. Desde esa fatídica fecha, Pitalito se convirtió en una ciudad peligrosa para el ejercicio del periodismo crítico e independiente. No para los acomodados, o los temerosos que callan aunque en su interior observen la tiranía del régimen de turno, o las injusticias que a diario ocurren en nuestro pueblo.

Cuando se ejerce el periodismo libre, independiente, crítico, investigativo, y se denuncia, llueve la furia de los esbirros del régimen, o del mismo jefe de gobierno. Como me ocurrió en octubre de 2016, cuando debido a una columna crítica que escribí contra el señor gobernador del Huila Carlos Julio González Villa, presionó para que me impidieran volver a publicar mis escritos en ese medio. Pero la furia del mandatario intolerante no calló mi voz, y por el contrario, sigo denunciando la ineficacia de su gobierno y los actos corruptos de su familia. A este coro de intolerantes y censuradores se ha unido ahora contra mí la señora Personera de Pitalito María Eugenia Herrera, quien arremete contra este humilde servidor, y contra SVCNoticias. No me extraña que en un pueblo temeroso como el nuestro, donde dos valientes periodistas han sido asesinados, la persona encargada de garantizar los derechos del pueblo, aproveche su cargo para pretender atemorizar a quienes no practicamos la adulación y la lisonja. Pero nada ni nadie doblegará nuestro deber de informar, así esa información moleste o desate la ira de algunos servidores públicos y pretendan constreñir.

Al cumplirse tres años del vil y cobarde asesinato de Flor Alba Núñez, nos queda una leve satisfacción, porque relacionado con el crimen por lo menos hay un condenado y otro sindicado que se presume participó del asesinato, y ya está capturado. Nos queda el sinsabor de no saber quién o quiénes son sus autores intelectuales, es decir, los que pagaron para perpetrar el crimen. Alguien de los bajos fondos me contó en alguna oportunidad que el hombre condenado por este crimen nunca hacía nada si no recibía dinero a cambio.

Los espíritus valerosos de Nelson Carvajal y Flor Alba Núñez, nos inspira para continuar en esta brega peligrosa de ejercer el periodismo libre e independiente, que yo agregaría, alternativo. Ese periodismo que informa lo que otros callan por diversas circunstancias. Y clamamos a esos espíritus para que nos protejan de los peligros que nos asechan. Y les pedimos que con ese brillo de su luz espiritual, ilumine la mente de quienes arremeten contra la libertad de prensa, desate ese odio que amarga sus corazones, y la ira que a veces se apodera de ellos para tratar de callarnos.

Escrito por: SANTIAGO VILLARREAL / Articulo tomado de SVCNoticias.co

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