La situación en este país para ellos no es fácil, conseguir un trabajo digno se hace cada vez más complejo.
Muestra de eso es ‘Alegría’, una joven que en Venezuela ejercía su profesión de docente.
Ganaba 321 mil bolívares, lo que en realidad es menos de un dólar y no alcanzaba ni para una comida, como lo detalla un reportaje en el portal Hora7/24.com.
A Colombia llegó en febrero y trabajó como mesera sin sueldo, pues el pago era la estadía y la comida diaria.
Era medianamente sostenible porque los clientes le daban propinas y con lo recolectado sobrevivían sus familiares en Venezuela, entre ellos su hijo de 4 años que es su motivo de lucha.
Pero el nivel de abuso llegó al punto que no se podía quedar con las propinas, por lo que decidió partir a Calamar en el Guaviare y buscar trabajo en una zona de tolerancia.
A sus 26 años y pese a tener estudios, tiene que prostituirse con hombres que le pagan desde 37.000 a 50.000 pesos, dependiendo el tiempo de servicio.

FOTO: HORA7/24.COM
De ahí tiene que sacar para darle la tajada al dueño del burdel, pero en noches de buen flujo se puede ganar desde 90 a 300 mil pesos.
Lo más duro no sólo para ella, sino para todas sus compañeras, es que muchos hombres exigen no utilizar condón. Una de ellas quedó embarazada y ahora tiene otro hijo por mantener.
‘Alegría’ es el apodo de esta mujer, aunque lo último que pueda sentir en este momento es eso.