¡Salvaje!, así es calificada una práctica que, aunque cultural, genera rechazo por su crueldad y además porque involucra menores de edad.
En el municipio de San Sebastián de Buenavista, Magdalena, es donde se lleva a cabo esta tradición que bien puede considerarse maltrato animal.
Allí, en medio de sus festividades, un chivo o carnero, es enterrado hasta la cabeza.
Posteriormente salen los niños en acción: les vendan los ojos y les entregan un palo para que golpeen al animal hasta la muerte.
Esta práctica llamada ‘el carnero enterrado’ se lleva a cabo durante las fiestas patronales del municipio, las cuales se celebran entre el 16 y 23 de enero.
Una lugareña explica que es una especie de apuesta y gana quien mate al animal “de un solo garrotazo”.
Fue tanta la indignación que generó el hecho, que la alcaldía municipal y los organizadores de las fiestas patronales salieron al paso mediante un comunicado en el cual ofrecieron disculpas por la situación.
Según la explicación entregada por las autoridades locales, al animal se golpea con un objeto elaborado en cartón sólido y quien le pegue en la cabeza puede disponer de mismo para su consumo o para la venta, dado que se convierte en su propietario.
“La Administración Municipal reitera sus disculpas no obstante no haber organizado el evento, pero sí por estar vinculado a las fiestas patronales. No propendemos por el maltrato animal”, afirma el documento oficial.
Tras el rechazo generalizado, la alcaldía local se comprometió a no llevar a cabo ni permitir la práctica del ‘carnero enterrado’ en un futuro en aras de la protección de los animales.
