“Ya no voy a estar atrapada en un cuerpo que no sirve” Yolanda luchó un año por recibir la eutanasia



Yolanda Chaparro es una mujer de 71 años de edad, que este viernes 25 de junio dejará de vivir por decisión propia, tras haber luchado un año para recibir la eutanasia. 

Yolanda, quien padece de esclerosis lateral amiotrófica, le solicitó la esutanasia a su EPS desde hace un año, sin embargo, la entidad se la negó. Desde entonces, la mujer tuvo que batallar con juntas médicas, tutelas y abogados hasta que le fue aprobada.

En conversación con Caracol Noticias, Yolanda Chaparro aseguró que tomó su decisión tras saber que la enfermedad que padecía, la cual no tiene cura, la iba a dejar postrada en la cama. En ese momento supo que no quería verse en ese estado y decidió morir de forma digna.

“A Yolanda le hicieron conejo porque ella solicitó hace más de un año este procedimiento justamente para evitar estar en el nivel de deterioro en el que está actualmente. Hoy día el sistema de salud le autoriza el procedimiento y probablemente va a realizarlo en los días venideros, pero esto era justamente lo que ella quería evitar. Quería evitar estar postrada en cama, quería evitar atragantarse al momento de comer y evitar el sufrimiento posterior, y le vulneraron el derecho a morir dignamente”, explicó para el medio ya citado Lucas Correa Montoya, abogado de Yolanda.

Sobre esto Yolanda dijo para Caracol que le parece una injusticia que le hayan puesto tantas trabas para recibir la eutanasia: “Como no son ellos los que sufren, me tocó a mí, a mi familia, porque esto es un lastre, un lastre de vida. Esto vida no es así, me sometieron un año a seguirme arrastrando prácticamente”.

A la pregunta de Juan David Laverde, periodista de Noticias Caracol, sobre si está tranquila por su decisión, la mujer, maestra de preescolar y militante del Partido Comunista, responde que sí.

“Perfectamente, alegre, porque ya no voy a estar así, atrapada en un cuerpo que no sirve. Porque este es un país supremamente católico y la religión dice que el dueño de la vida es Dios y que uno tiene que aguantar hasta donde pueda porque uno no es dueño de la vida, y eso es un absurdo para mí porque la vida es de uno, de nadie más, y uno debe tener autonomía de morir como uno quiere sin estar sometida a la tortura de esta enfermedad”, explica.

Para ella, la eutanasia significa morir dignamente: "Dignidad para morir es no llegar a unos estados tan degenerativos, sino morir prácticamente con sus facultades, autonomía y desplazamientos físicos. Dignidad es eso, el respeto que uno como ser humano merece y no estar postrado en una cama”, dice.
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