Sigue en la impunidad el caso de la mujer brutalmente golpeada en Neiva


Esperando un milagro, que la justicia de este país actúe y defienda sus derechos, está aún Viviana Góngora, la mujer neivana que fue fuertemente golpeada por su compañero sentimental, quien está libre a pesar de las denuncias penales en su contra y las pruebas aportadas por la víctima.

Viviana recibió una fuerte paliza por parte de su novio Jhon Edinson Quintero Figueroa, en medio de una discusión a la salida de una fiesta en el oriente de Neiva. El hombre la gritó, la insultó y luego la emprendió contra ella a puños y patadas. La mujer resultó afectada en el rostro y los brazos.

“Cuando alguien llamó a la Policía, me encontraron toda raspada porque él me había arrastrado del cabello, con la cara toda ensangrentada, ellos me ayudaron, me dijeron que me fuera en un taxi a la ESE Carmen Emilia Ospina de Las Granjas que era el centro médico más cercano, ahí me hicieron curación, me cogieron puntos en la cara y de ahí me fui inmediatamente a la URI a poner la denuncia”, narra la afectada.

En Medicina Legal, un experto le ordenó a Viviana dos semanas de incapacidad debido a los intensos golpes que le propinó su novio. Pero según manifestó ella, éste sujeto y su familia la llamaron en varias ocasiones para ofrecerle dinero a cambio de que retirara la acción judicial contra Quintero Figueroa.

“6 millones de pesos me ofrecieron para que yo quitara la denuncia. Yo dije que eso no lo iba a hacer porque eso sería como decirle pégueme para que me de plata, y así no son las cosas”.

Jhon Edinson Quintero Figueroa es mecánico profesional y trabaja con una compañía que tiene sede en el departamento del Huila. Él y Viviana llevaban 9 meses de relación. El hombre tras ser capturado en flagrancia por la Policía, fue llevado ante una Jueza de Control de Garantías, quien determinó que no representaba un peligro para la víctima y lo dejó en libertad.

“Yo hice todo lo legal que tenía que hacer y él está libre. La fiscal de turno que atendió mi caso ese fin de semana pidió la medida de aseguramiento, apeló esa decisión de la Juez, pero ésta dijo que él no representaba un peligro para mí. Ahora yo me pregunto, si viendo cómo me dejó, que casi me mata a golpes, me amenazó de muerte, entonces qué me tenía que hacerme para que representara un peligro para mí, ¿matarme?”.

Viviana vive ahora con miedo, pese a que la Policía de vez en cuando ronda su casa para prestarle seguridad, mientras que el agresor se moviliza tranquilamente.

Tomado de LANACIÓN
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