Mocoa y la desarticulación de la realidad nacional

¿Existe una realidad nacional para todos? Definitivamente no. La geografía nacional colombiana no nos ha permitido tener una realidad incluyente, y no hemos pensado en los mecanismos eficientes para articularla. Sin embargo, algo que no has unido a los colombianos, desafortunadamente, ha sido el conflicto y la violencia desatada hace más de cincuenta años y con base ella, hemos venido forjando una realidad social diferente.

La situación vivida el pasado viernes 31 de marzo en el municipio de Mocoa, departamento del Putumayo, refleja de manera clara cómo la realidad nacional tiende a ser excluyente. Hace una semana, más de la mitad de la población colombiana no sabía dónde quedaba ubicada Mocoa. Incluso, me hace pensar que tal tragedia no ha llegado a diferentes sectores del país ¿Cómo estamos construyendo Estado?

El departamento del Putumayo ubicado al sur del país, refleja la desarticulación de las realidades sociales y económicas del país. Según cifras del DNP (Departamento Nacional de Planeación) el departamento del putumayo tiene un déficit de vivienda del 63.7%, un índice de necesidades insatisfechas que asciende a 36% y en relación al PIB tan solo el 0.6%. Por lo tanto, las aspiraciones al progreso técnico y el desarrollo siguen siendo fallas sistémicas del país. Somos un Estado dependiente de los pocos centros de desarrollo como las grandes ciudades y hemos permitido el aislamiento de las regiones sin tener en cuenta sus condiciones y circunstancias.
Seguimos teniendo una acción centralmente planificada.

Si bien es cierto que todo Estado tiene unos fines esenciales, y que por ende debe presentar toda clase de estrategias y táctica que permitan garantizar dichos fines, en Colombia no se evidencia de forma rápida y eficiente. Continuamos pensando que la seguridad es netamente militar y no multidimensional. Hasta hace pocos años nos empezamos a dar cuenta los efectos del cambio climático y cómo este ha traído efectos sobre el territorio nacional. Pensamos que el conflicto, el cual nos ha acompañado en nuestra historia, sigue siendo el norte de nuestra estrategia nacional.

Lo que ocurre en el territorio colombiano es de gran preocupación. Ante un eventual momento desestabilizador, sea bien por amenazas internas, externas y fenómenos naturales, no sabemos de qué manera reaccionar porque no hemos consolidado una política de seguridad nacional. Por lo cual, es de vital importancia pensar en la ampliación de la acción autónoma regional. Dicho de otra forma, no podemos depender de la acción centralmente planificada cuando no tenemos la capacidad de llegar a aquellos sitios donde la presencia del Estado ha sido intermitente.

Por lo tanto, es necesario proponer una nueva forma de gestionar políticas publicas cada vez más incluyentes. La regionalización y la sectorialización son la piedra angular de una acción múltiple en eventuales momentos de amenaza y catástrofe. Necesitamos darles más importancia a las regiones llevando al Estado, mostrando una construcción social conjunta que involucre a todas las partes del país. Que sea una “globalización interna” donde lo que pasa en un departamento sea importante en otro.

Que la articulación de la realidad nacional nos permita integrarnos más y ser una sola nación en pro del desarrollo social y económico sostenible. Y que el Estado sea el transmisor de una política de seguridad nacional que busque crear una realidad incluyente, participativa y sectorial.

Por Gabriel Andrés Jiménez
Tomado de https://www.cebog.org

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