Luis Álvarez, de 17 años, estaba caminando el viernes 30 de julio en su barrio Altos del Rosario de la ciudad de Sincelejo, cuando un vecino, de su misma edad, empezó a insultarlo por su orientación sexual. No era la primera vez.
En muchas ocasiones, Luis había sido el blanco de insultos, únicamente por ser gay. Según él, su vecino era el principal agresor. Se la pasaba diciéndole: “loca, maricón, mariquita”, entre otras expresiones despectivas. Ese fatídico día, Luis decidió responderle y defenderse, pero el otro adolescente tomó un machete.
Luis quedó sorprendido y paralizado. Pensó que el gesto era solo una amenaza, pero el joven utilizó el machete para arrancarle a Luis la mitad de su brazo.
“Sentía que era una película, que no era conmigo”, cuenta Luis. Con su brazo en el suelo, empezó a gritar: “ayuda, quedé mocho”. Varias personas vinieron a auxiliarlo y lo llevaron a la clínica Santa María. “Ahí llegó mi mamá, y mi hermano, llorando”, narró el joven agredido.
El miércoles 5 de agosto volvió a su barrio, después de pasar varios días en la clínica. Al regresar, Luis se encontró con un recibimiento que no esperaba. Los vecinos lo acogieron con pancartas, bombas y comida.
Mensajes como “no triunfa quien no tuvo momentos difíciles, triunfa aquel que pasó por ellos, luchó y no se rindió”, llenaron las paredes de su casa.
Oneida Campuzano, la mamá, cree que la acogida de los vecinos fue muy importante, y aunque todo sigue siendo muy doloroso para toda la familia, espera que su hijo continúe recuperándose como hasta ahora.
Ante el aberrante hecho que se hizo público por el pronunciamiento de la Fundación Sucre Diversa, el gobierno departamental alzó su voz de rechazo a través de un comunicado en el que llama al respeto y la tolerancia por la diversidad sexual, religiosa, política, étnica y cultural para así evitar el deterioro del tejido social.
“[…] acto que refleja un grave y alto grado de intolerancia y respeto por la diversidad. Sumado a este acto cruel, el joven gay venía desde larga data siendo víctima de burlas y actos discriminatorios por parte del adolescente agresor y demás compañeros de barrio”, denunció la Fundación en un comunicado enviado a este medio.
Sobre este caso también se pronunció el grupo de activistas Las Igualadas, que a través de su red social instagram dio a conocer detalles sobre cómo y por qué ocurrió este.
El grupo de activistas deja al descubierto una vez más la necesidad de que en Sucre exista un Centro de Atención Especial (CAE) para el menor y adolescente infractor en tanto que quien le causó este daño al joven miembro de la comunidad Lgbti pueda ir ahora a responder por su mal actuar y no estar en libertad.
“Eso es un riesgo, no sabemos, para Luis y para su familia. Luis salió de la clínica y nos contaba en la entrevista que le hicimos que se había sentido muy sorprendido y muy aliviado porque, al regresar a su barrio, sus vecinos lo habían recibido con pancartas, con comida, con mucho afecto”, añadió.
Entre los otros datos que divulgó ese colectivo están que el joven tiene muchos sueños, entre esos ser chef, y de hecho tiene talento para la cocinar y por eso se ha sostenido preparando alimentos. Este sueño puede hacerse realidad porque muchas personas a través de las redes sociales le han expresado su apoyo para ello.
El camino de recuperación del muchacho, según lo expresa Sucre Diversa, es largo, mientras que Las Igualadas anuncian que asumirán el apoyo psicológico y la prótesis que él necesita.
De otra parte, este no es el único hecho en el que un miembro de la comunidad Lgbti se ve envuelto también en la zona norte de Sincelejo, pues la noche del pasado miércoles por un piropo lanzado a uno de estos se generó una riña en la que un joven de 25 años perdió la vida tras una puñalada.