Es la conclusión a la que llegaron varios científicos en su investigación: "un hipopótamo en la habitación: prediciendo la persistencia y dispersión de un megavertebrado invasor en Colombia, Sudamérica".
De acuerdo con los investigadores, la población de este animal, que ha invadido extensas áreas de la cuenca del río Magdalena en Colombia, ha crecido constantemente a una tasa del 14,5 por ciento.
"Calculamos que en la actualidad deben haber alrededor de 100 hipos invasores, y si no se intensifican las medidas de acción, la población será de casi 1500 animales en el año 2034", escribió una de las autoras del estudio, Nataly Castelblanco, en su cuenta de Twitter.
"Este éxito en la adaptación y propagación probablemente se deba a la alta disponibilidad de recursos que ofrece la cuenca del río Magdalena, combinada con la falta de depredadores o amenazas de origen humano", dice la investigación publicada en El Sevier.
¿Por qué son peligrosos para nuestros ecosistemas?
En otras oportunidades, científicos han señalado que los hipopótamos pueden transmitir enfermedades que pueden afectar especies endémicas como el manatí y la nutria. Como son animales altamente competitivos, pueden desplazar a otras especies que dependen del río Magdalena.
"Dado que los hipopótamos introducen modificaciones importantes en la dinámica del oxígeno, la biogeoquímica y las tasas de sedimentación de la cuenca, pueden tener un efecto importante en la composición de la comunidad acuática al favorecer a algunas especies y afectar negativamente a otras", dice la investigación publicada a finales del 2020.
Por ejemplo, "los movimientos de los hipopótamos tienen efectos significativos en la geomorfología, hidrología y conectividad al revolcarse, fregar y comprimir el fondo de los cuerpos de agua, lo que puede ser crítico para las especies migratorias, es decir, el manatí de las Antillas, particularmente durante la estación seca", se lee en el estudio.